Dicen el dinero no compra el buen gusto, ni el sentido común. Pero cuando estás podrido de dinero, uno puede ignorar todo tipo de refranes y avisos y dar rienda suelta a sus caprichos. Entre ellos, construir la casa de nuestros sueños, con todas las tonterías y horteradas que deseemos. ¡Somos ricos, no tenemos que responder ante nadie! Ni siquiera ante la suegra.
Aquí tenemos varios ejemplos de famosos que han plasmado en sus casas algunas ideas de lo más rocambolescas. Desde gente que instala un bar en cada habitación, como Britney Spears, a la posibilidad de aparcar el avión privado en la puerta de casa, como John Travolta. Por no hablar de la obsesión de Celine Dion de crear su parques acuático privado que amenazan la sostenibilidad de la región.. “No nos dejan ni divertirnos”, pensará ella, pero es que lo suyo tiene delito. Literalmente: las multas se le acumulan.
La casa aeropuerto de John Travolta
Hay dos clases de usuarios de aviones privados: los losers que van al aeropuerto a coger el avión y los que aparcan el avión en el porche de casa. John Travolta es de los segundos. El protagonista de ‘Fiebre del sábado noche’ erigió en Florida una vivienda inspirada en los aeropuertos de la década de los 50. Travolta es piloto de avión y propietario, no de una, sino de cuatro aeronaves -un Gulfstream II, un DC3 Dakota, un Lockheed Constellation y un Boeing 707- cada uno con su correspondiente porche en su casa-aeropuerto en Jumbolair, una “comunidad aeronáutica” en Florida (EEUU).
El megabar de Britney Spears
Dentro de lo que cabe no es la más exagerada, puesto que “apenas” dispone de 7 habitaciones y 7 cuartos de baño, además de varias salas con diferentes usos. Eso sí: todas y cada una de las habitaciones dispone de su propio bar, con barra incluida. Hasta aquella en la que duerme. De hecho, Britney ordenó sustituir la pista de tenis por… sí: un bar para tomar sus copazos al ladito de la piscina. La mansión se puso a la venta, sin demasiado interés para los compradores: estaba, por así decirlo, “demasiado personalizada”.
Neverland el país de nunca jamás de Michael Jackson
La famosísima “tierra de nunca jamás” de Jackson era un lugar donde seguir apelando al niño que todos llevamos dentro (unos más que otros). Disponía de todo un parque de atracciones privado: norias, tiovivos, coches de choque, montañas rusas y hasta un zoo privado para compartir con sus amiguitos. Su destino está aún en el aire: los hijos de Jackson quieren comprarlo, y el estado, convertirlo en un parque temático que cualquiera podría visitar.
La mansión hortera de Cristina Aguilera
Nos encanta la (ex)-casa de Cristina Aguilera: es complicado encontrar un hogar de famoso o no, decorado con peor gusto. Por un lado, tenemos las diferentes estancias absolutamente abarrotadas de cachivaches. Por otro, tenemos cosas como poner una cocina en el dormitorio principal o máquinas recreativas al lado de la chimenea. Todas las habitaciones están sobrecargadas de trastos y repletas de colores chillones y horteras. ¿Reflejo de la música de la artista?
La tecno-casa de Bill Gates
La casa de Gates corresponde con lo que hace para vivir. Cada residente o invitado es equipado con su propio chip: cada vez que entramos en una habitación, se accede a la información que hemos depositado en él y la temperatura sube y baja según nuestra preferencia. Además, la música nos sigue al llegar a cada estancia: hay altavoces ocultos detrás del empapelado de cada pared que se activan y desactivan a nuestro paso. No esperábamos menos de este gurú de la tecnología.
La mansión post-apocalíptica de Donald Trump
La casa de uno de los mayores millonarios del mundo tiene lo esperado: 126 habitaciones, una gigantesca sala de baile… Y también algo inesperado: Tres refugios anti-atómicos. Teniendo en cuenta que cuenta con dos casas para invitados, queda claro que quería garantizar la seguridad de sus hipotéticos huéspedes ante un ataque preventivo de la URSS. O tener alguno cerca en cualquier lugar de la parcela.
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